martes, 20 de octubre de 2009

Trekking en Noruega: Memurubu - Besseggen - Gjendesheim


Esta ruta la hicimos dentro de un viaje a través de Noruega, Suecia y Dinamarca. La idea de nuestra exploración del país era ir desde Oslo a Trondheim y después pasar a Suecia y Dinamarca aunque al final las cosas no siempre salen como uno planifica. Tras unos días en Oslo y Lillehammer nos dirigimos hacia el Parque Nacional de Jotunheimen. El tiempo no es del todo bueno a pesar de ser agosto y una vez allí nos enteramos que la semana anterior había hecho 30ºC mientras que nosotros nos habíamos encontrado con temperaturas cercanas a los 15ºC y ligeras lluvias. En cualquier caso, esta travesía queda plenamente justificada después de ver estas fotos.

















Llegamos por la tarde y a pesar de haber un albergue en Gjendesheim, lugar donde empieza y/o acaba nuestra ruta según por dónde se empiece y donde también había una cafetería y una tienda de souvenirs, mapas, etc, decidimos ir al camping de Maurvangen donde alquilamos una cabaña para los tres. Al lado de este albergue, se encuentra el embarcadero que nos llevará a Memurubu el día siguiente y cuyo viaje cuesta 10 coronas suecas, una tienda de comida, helados, revistas, etc y un aparcamiento. Este aparcamiento es de pago y debe hacerse efectivo en la tienda de comidas pero para que la gente se haga una idea de la mentalidad sueca, nosotros no habíamos pagado esa tarde (por desconocimiento) y nos encontramos una nota en el parabrisas diciendo que por favor pasásemos a pagar por el citado punto. Supongo que en cualquier otro país nos habríamos encontrado con una multa o un cepo pero la mentalidad nórdica es muy diferente al resto de la europea, tal y como pudimos comprobar durante todo el viaje así que pasamos a pagar.

Al día siguiente nos levantamos y tras desayunar damos un paseo por la zona. Contabilizamos que el "paseo" tiene una duración de entre 6 y 8 horas así que nosotros tomamos como referencia las 8 horas. Cogemos el coche que habíamos alquilado en el aeropuerto de Oslo y nos dirigimos a Gjendesheim, compramos el billete y nos montamos en el barco que atraviesa el lago Gjende. Una vez en Memurubu se nos presentan dos alternativas: si hacemos el camino por arriba es más duro, más largo pero con mejores vistas pero si lo hacemos a ras de lago podemos tardar la mitad de tiempo. Nadie dijo que la vida fuese fácil así que decidimos hacer lo que habíamos venido a hacer y nos ponemos en camino.

















El primer tramo es todo subida y bastante empinada lo que nos obliga a subir más de 600 metros de desnivel en apenas 30 minutos. Habíamos comprado un mapa en la tienda del albergue pero el camino era muy fácil de seguir ya cada varios metros había una roca bien visible con una T roja aparte de cairns que indicaban la dirección a tomar. Una vez arriba vimos un "algo" que se movía en un ibón y que tomamos por un reno (circulo rojo). A partir de ahí hasta Besseggen la caminata se convierte en un tíovivo de subidas y bajadas aunque no muy pronunciadas.

















Una vez llegamos al desfiladero de Besseggen y con 4 horas de marcha en las piernas y muchas paradas para las fotos, nos encontramos de bruces con dos realidades: una es que la visión es espectacular ya que a un lado del desfiladero nos encontramos un lago azul y al otro lado un lago verde pero 600 metros más abajo. A pesar de que todas las fotos que sacamos nos parecieron pocas, nos encontramos que teníamos que escalar una parte muy delicada no muy apta para gente con vértigo. Ya era más de media tarde y nos faltaba la mitad y andábamos con el miedo de que se nos hiciese de noche aunque había mucha claridad y buena visibilidad. Tras superar esa pequeña cornisa, nos movemos continuamente sobre los 1700 metros de altitud con pequeñas subidas y bajadas pero llano generalmente. En una de éstas llanuras nos cogía una niebla muy densa que nos hizo temer en un principio un poco por un fallo de orientación y ya después de muchas horas andando a más de uno le rondaba por la cabeza el hecho de que parecía que esta pequeña excursión no se acababa nunca pero la risas y el buen humor no desfallecían en ningún momento.




















Nos cruzábamos con muchos grupos y parejas con enormes mochilas que iban de travesía durante varios días pero nosotros nos limitamos a hacer la parte más famosa del viaje. Tras más de siete horas andando, pasar dos nieblas de puré de guisantes y ver un arco iris doble, vemos a lo lejos el aparcamiento del inicio aunque todavía quedaba bastante de andar y sobre todo de bajar. Tras 8 horas aproximadamente estamos donde empezamos, soltando un poco las piernas, hablando de las aventurillas del viaje y mirando y remirando las fotos y con pena de no tener tiempo de ascender a la montaña más alta de Noruega. Prueba superada así que sólo nos queda volver al camping y dormir como leones que al día siguiente tocaba otra pequeña paliza en coche hasta Trondheim.















Web del camping:

Info del Parque Nacional:


Info de la travesía:

jueves, 8 de octubre de 2009

Cómo elegir tu arnés de escalada


Como ya se ha podido ver que no todas las cuerdas valen para la misma disciplina, no todos los arneses sirven para escalar. Por ejemplo los de espeleología o los de barranquismo no están diseñados para distribuir sobre el cuerpo el impacto de una caída, si no que están concebidos para su utilización en suspensión. De igual manera, sus puntos de anclaje son demasiado bajos y pueden propiciar el volteo o una caída boca abajo. En escalada en un principio y mientras no se domine la técnica de las caídas, la gente debería usar arneses completos pero claro, puede quedar un poco antiestético :) .

Para saber nuestra talla debemos mirar que el cinturón del arnés quede por encima de los huesos de la cadera pero cuidando que al estar colgados no nos suba hasta las costillas y nos moleste o haga daño. Unas perneras demasiado ajustadas nos restarán movilidad así que deben ser ligeramente holgadas. Ahora, vamos a hablar sobre tres conceptos muy importantes a la hora de elegir nuestro arnés de escalada:

* Perneras ajustables: todo el mundo coincide siempre en comprarse el arnés con perneras ajustables pero no hay que ser borrego y pensar también por uno mismo. Por ejemplo, si vamos a escalar siempre con el mismo tipo y grosor de ropa, en el mismo tipo de ambiente y estación de año, no hace falta que sea regulable. Por contra, si ese arnés que vamos a comprar es el mismo que vamos a usar en invierno y en verano, en Atxarte y en Patagonia, entonces indudablemente elegiremos pernerás ajustables.

* Acolchado: este es otro punto en el que coinciden la mayoría de los escaladores y que nos devuelve al punto anterior. El acolchado de un arnés sirve para que cuando te quedas colgado en una vía de varios largos te provea de algo más de comodidad. De esta manera, si lo que nosotros vamos a hacer es "Top Rope", ¿para qué vamos a necesitar un arnés acolchado?

* Portamateriales: cuatro mejor que dos, pero eso sí, bien distribuidos. Si por ejemplo, dos de esos portamateriales están demasiado cerca del anillo ventral, puede hacer que el material colgado nos moleste al subir las piernas.